¿Para qué sirven las escuelas?:
Una de las preguntas frecuentes, asociada a las funciones de la escuela, ha sido el interrogante en torno a si la escuela sirve y para qué. Por este motivo, me gustaría dedicar esta entrada a hacer una reflexión sobre la escuela y sus funciones.
En cuanto a otra de las funciones de la escuela, podemos destacar la función de instrucción. Nosotras, como futuras docentes, debemos enseñarles a los niños una serie de contenidos, dando más importancia a los procedimentales y actitudinales que a los conceptuales. De hecho, un buen maestro debe fomentar la memoria comprensiva y la reflexión de los conocimientos respectivamente, ya que la mezcla de ambas es el brebaje perfecto de la enseñanza. Sin embargo, en muchas ocasiones lo que el profesor consigue es que sus alumnos estudien determinados contenidos de memoria, almacenando información aunque no sea comprendida, con el único fin de aprobar un examen. Esto es todo lo contrario a lo que se debe pretender, que es conseguir un aprendizaje significativo.
Otra función verdaderamente importante que se le atribuye a la escuela es la de enseñar a aprender. Como bien sabemos, nos encontramos en una sociedad cambiante, donde poseemos mucha información. De este modo, el profesor debe conseguir que el alumno aprenda a aprender para que a lo largo de toda su vida tenga una formación continua. Con esto quiero decir que el aprendizaje no tiene fin, todos los días aprendemos algo nuevo si es que de verdad deseamos hacerlo.
Por otro lado, cada vez es más habitual ver a muchos padres que consideran que llevar al colegio a sus hijos es simplemente como una guardería donde los dejan mientras ellos trabajan. Por tanto, la escuela tiene, de algún modo, una función asistencial, ya que las familias reclaman un lugar donde poder dejar a sus hijos con una garantía de control y regularidad mientras ellos no están en casa. Por ejemplo, podemos destacar la creación y oferta de comedores escolares debido a la falta de tiempo de los padres como consecuencia del trabajo unido a la incorporación de la mujer al trabajo
Otra función destacada de la escuela es la función tutorial. Ésta, al igual que la anterior, surge como consecuencia del cambio del contexto social, es decir, por la necesidad de mantener una comunicación constante y establecer una buena relación con las familias de los niño. Al respecto, creo que esto es necesario y beneficioso para ambos.
Por una parte, el profesor debe informar a las familias sobre los aspectos y contenidos que se van a trabajar en el aula, sobre la metodología de trabajo que se va a emplear durante el proceso de enseñanza-aprendizaje, sobre la importancia que tiene su participación en la escuela, etc. De esta manera, la familia necesita depositar su confianza en el centro escolar, saber que su hija o hijo va a ser reconocido, educado y valorado.
Además, creo que es necesario y beneficioso para el profesor conocer el ambiente familiar en el que se desenvuelve cada uno de sus alumnos. En definitiva, la colaboración organizada y continua entre ambos debe ser continua a lo largo del proceso de enseñanza-aprendizaje de los alumnos para facilitar el intercambio de información y para organizar procesos compartidos.
Por último, cabe destacar otras funciones, aunque no menos importantes que las anteriores, tales como, la función de reproducción social, la cual consiste en que los contenidos que enseñamos están impregnados de la ideología dominante de la sociedad. En segundo lugar, la función de ritual marca en la vida del niño unas etapas, que son puntos de inflexión que determinan cambios importantes en el desarrollo, y por último, la función de integración social me parece importante a tratar en la escuela, ya que en la escuela existen alumnos con NEE, pertenecientes a minorías étnicas y población inmigrante. La escuela debe ser un espacio donde tenga lugar el encuentro con la diversidad.
En mi opinión, para dar respuesta al interrogante planteado al inicio de esta entrada, creo que sería necesario saber y conocer lo que pretendemos, qué ocurre con lo que hacemos y qué tenemos que hacer para mejorar las cosas. Está claro que las respuestas serán variadas y diferentes y de ello nos vamos a enriquecer todos.
Tal y como afirma Richard Gerver, “nos hemos pasado demasiado tiempo intentando remendar el sistema existente en vez de iniciar un cambio. Debemos ser más valientes, visionarios y capaces de mirar más al futuro y menos al pasado”. Este tiene que ser nuestro objetivo prioritario, es decir, debemos convertir la escuela no sólo en un lugar donde se enseña, sino en un lugar que también aprende. Necesitamos escuelas que aprendan para poder iniciar este cambio tan necesario.
“La escuela tiene que aprender para saber y para saber enseñar, para saber a quién enseña y dónde lo hace”.
Santos Guerra
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