martes, 2 de abril de 2013

El coste de la educación


El coste de la educación:
Los gobiernos de los países desarrollados sostienen que la educación es uno de los objetivos fundamentales. De hecho, la transformación que han experimentado los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en contraposición al escaso avance de otras sociedades menos avanzadas se debe en gran medida a la expansión de la educación. Por ello, el gasto público en educación suele ser elevado, incluso en aquellos países en donde el papel del Estado en la economía es pequeño.

Particularmente, en España el Estado obliga a consumir a cada ciudadano un nivel mínimo de educación, y así queda recogido en el artículo 27.4 de la Constitución. El hecho de que sea un bien fundamental desde el punto de vista social no determina el hecho de que su provisión y producción deba ser únicamente pública, ya que en la mayor parte de los países de nuestro entorno económico convive educación pública y privada.

  Está claro que el gasto público en educación cuenta con gran apoyo general de la mayor parte de las sociedades modernas. Gran parte de este apoyo se debe al calado social que ha conseguido la teoría del capital humano (Gary Becker 1962), según la cual la educación es considerada como un bien de inversión. Como tal, repercute positivamente en el propio individuo que la adquiere, dotándole de un mayor nivel de productividad y aumentando, consecuentemente, sus posibilidades de rentas futuras, así como la utilidad y el bienestar social.




En el año 2012, el presidente de gobierno, Mariano Rajoy, anunció reformas en el sistema sanitario y educativo con el objetivo de ahorrar hasta 10.000 millones de euros (unos 3.000 euros en educación), algo que llevó a numerosas críticas, tales como: “La educación es una inversión de futuro. Recortar el gasto supondrá una merma en la calidad de la enseñanza, algo que influirá decisivamente en la preparación de los jóvenes españoles. Por lo tanto, cualquier recorte no sólo tendrá consecuencias en las escuelas, sino que también tendrá su reflejo en el futuro de la economía española”.

  Pero, ¿también sería imposible hacer ningún recorte sin que la calidad cayera?



Ahora bien, el Informe PISA, que elabora la OCDE y que mide el resultado de los alumnos de secundaria de las principales economías del mundo, destaca que "existe una débil relación entre recursos educacionales y rendimiento de los estudiantes". Andreas Schleicher, jefe de analistas de PISA, atribuye sólo un 10% del total de la variación en las notas al dinero gastado por las autoridades.

La conclusión que se saca es que un nivel mínimo de gasto es imprescindible. Evidentemente, es muy difícil dar una educación de calidad con 200 euros al año por alumno. Pero una vez alcanzado ese mínimo (algo que todos los países europeos han conseguido), los incrementos del presupuesto no tienen por qué ser buenos. Lo importante sería dónde poner el dinero y no el gasto total.
Tal y como podemos observar en la siguiente tabla, España tiene un gasto similar en Educación al de la mayoría de los países de la Unión Europea, y sin embargo, está en los últimos puestos en cuanto a los resultados del informe PISA.




España tiene un gasto público en educación equivalente al 4,35% de su PIB. Se trata de una cifra relativamente baja, pero que en realidad no quiere decir mucho por dos razones:

1.      La incidencia de la educación privada (incluyendo la concertada) es más elevada que en otros países.

2.      Lo relevante no es el gasto total, sino el coste por alumno (un país con pocos niños siempre gastará menos que otro con una gran población infantil).

  Según los últimos datos disponibles a nivel europeo, de 2007, el gasto por alumno en la UE-27 era de 6.251 euros de media al año. España superaba ampliamente esa cifra, con 6.773 euros. Por ejemplo, Alemania o Finlandia, dos países mucho más ricos y con resultados sensiblemente superiores en PISA, gastaban 6.752 y 6,682 euros respectivamente.

Llegados a este punto, ¿por qué España gasta más en educación que sus vecinos y saca peores resultados?, y si el gasto no tiene demasiado peso en los resultados educativos, ¿qué podemos hacer para mejorar éstos?

Creo que la calidad del profesorado es clave para mejorar el conjunto del sistema educativo, es decir, poseer maestros competentes y motivados. Al respecto, varios estudios internacionales destacan que para mejorar la actitud de los profesores es fundamental asociar su remuneración a su rendimiento. Esto es algo lógico y que se cumple en casi todas las profesiones, pero en España los profesores son funcionarios y su salario depende de la antigüedad, no de su desempeño.

La solución final sería aumentar la autonomía de los colegios en la contratación del profesorado, con el objetivo de conseguir que sean siempre los mejores los que acaban en las aulas. Además, piden que se monte algún tipo de sistema de incentivos, en función de su productividad.







Por otro lado, se puede ver una clara relación entre la inversión en educación y el grado de desarrollo social.

En mi opinión, la falta de educación significa mucho más que simplemente las pérdidas monetarias. Considero que la educación básica en un derecho fundamental. Definida por las Naciones Unidas como la habilidad de leer 40 palabras por minuto, escribir 20 palabras por minuto, y hacer cálculos aritméticos que contengan dos números.

El porcentaje de las personas pobres que carecen de conocimientos escolares es cada vez más alto. Desafortunadamente, debido a la falta de educación la separación entre los pobres y los ricos se acentúa, ya que la educación de más calidad está disponible solamente para el grupo de personas pudientes de la sociedad, mientras que el sector que carece de esos recursos económicos simplemente clama por una educación primaria básica, por lo menos.

Al respecto, cabe destacar, una de las metas más importantes del Proyecto Milenio de las Naciones Unidas que es asegurar, que para el 2015, tanto los niños y las niñas igualmente, en cualquier parte del mundo, estén posibilitados de completar al menos un curso de la educación primaria. Como se puede ver, esta meta es particularmente importante para el sector más pobre de la sociedad, puesto que no sólo la pobreza reduce la posibilidad de que ambos sexos, igualmente, reciban una educación, sino que también contribuye al incremento en el porcentaje del fracaso escolar y de abandono de los estudios en las familias de bajos ingresos.

Además creo que el derecho a la educación abre las puertas que antes estaban cerradas y lleva a los individuos por caminos nuevos, ayudándolos a conquistar sus propios temores y eliminar las dudas que puedan tener de sí mismos, estimulándolos en la búsqueda de mejores ideas. Una buena educación pasa a ser el mejor amigo y guía de la persona a través de su vida, y es hora de que cada persona en el mundo posea una compañía tan indispensable.




Si usted cree que la educación es cara, pruebe con la ignorancia
Derek Curtis Bok.






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